Ahlam Shibli. La casa fantasmal

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A través de una estética documental, la obra fotográfica de Ahlam Shibli (Palestina, 1970) describe las implicaciones contradictorias de la noción de hogar. La obra aborda tanto la pérdida del hogar como la lucha contra esta pérdida, y también las restricciones y limitaciones que la idea de hogar impone en aquellos individuos y grupos marcados por políticas identitarias represivas. Algunos ejemplos de lugares donde encontramos esta problemática incluyen los territorios ocupados de Palestina; los monumentos conmemorativos de la resistencia francesa contra los nazis y los que recuerdan las guerras coloniales francesas contra pueblos que reclamaban su propia independencia; los cuerpos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en las sociedades orientales; y las comunidades de niños que crecen en los orfanatos polacos.

 Death, la última de las series fotográficas de Ahlam Shibli, especialmente concebida para esta retrospectiva, muestra los intentos de la sociedad palestina por retener la presencia de quienes han perdido la vida a causa de la ocupación. Esta serie despliega una amplia representación de los ausentes mediante fotografías, carteles, tumbas y pintadas en la calle como una forma de resistencia contra el régimen colonial.

La exposición reúne nueve de las series fotográficas producidas por Ahlam Shibli durante la última década. La mayoría de los trabajos se acompañan de leyendas que asignan a cada fotografía una fecha y un lugar concretos, en un proceso de investigación que a menudo implica un largo contacto empírico y conversacional con los temas que trata. El texto y la fotografía conforman una unidad que los protege de cualquier uso ajeno a la política anticolonial que motiva a la autora. La casa fantasmal sintetiza sus investigaciones en torno a tres maneras de entender el término «casa». Y como es habitual en la práctica de Shibli, se trata de usos específicos y situados.

El primer grupo muestra conjuntamente las series tituladas Eastern LGBT (2004/2006) y Dom Dziecka. The house starves when you are away (2008). Si bien el cuerpo se considera la primera casa del ser humano, también aparece como el primer objetivo de las políticas de represión de la identidad. Estas dos series ponen de manifiesto que, pese a la precariedad en la que viven, las minorías expuestas a la violencia y a la falta de reconocimiento utilizan su propio cuerpo para crear unas condiciones de existencia que se oponen a los valores y a las expectativas de la mayoría.

Una segunda agrupación está integrada por trabajos más recientes: Trackers (2005), Trauma (2008-2009) y Death (2011-2012). La secuencia de estas series permite describir un conflicto de carácter colonial que no se circunscribe únicamente a los territorios palestinos, sino que incluye una localidad francesa que a su vez remite a las guerras de independencia de Indochina y Argelia. La ciudad de Tulle, en el sur de Francia, es testigo de las celebraciones que conmemoran tanto a las víctimas de una brutal masacre cometida durante la ocupación nazi, como a quienes, inmediatamente después de la liberación, lucharon contra la independencia de otros pueblos. Para los palestinos, en cambio, este estado de excepción que se halla en el origen de los hechos representados en Trauma se ha convertido en la norma. A ellos no les queda más que su propio cuerpo. Si quieren enfrentarse al desdén, los «damnificados de la tierra» –como diría Frantz Fanon, una de las figuras clave del pensamiento anticolonial– no pueden hacer más que entregar su propia vida.

En este sentido, la práctica fotográfica de Ahlam Shibli propone una política de reconocimiento de quienes viven bajo la opresión. El tercer grupo de obras incluye series fotográficas que denuncian, a través de una mirada topográfica, el proceso de desposesión de tierras sufrido por los palestinos. Goter (2002-2003), Arab al-Sbaih (2007) y The Valley (2007-2008) conforman un testimonio complejo de la cuasihumanidad, mediante una reflexión crítica sobre el procedimiento fotográfico: la fotografía sirve para dar testimonio de los pueblos y las circunstancias en las que viven allí donde el Estado colonial no admite un reconocimiento. Al mismo tiempo, el acto de fotografiar corre el riesgo de victimizar una vez más a quienes son objeto de la violencia de Estado. Para contrarrestar esta condición, en muchas ocasiones las imágenes de Shibli muestran a las personas como siluetas borrosas o con el rostro cubierto. De ahí que su fotografía rechace la obsesión histórica del medio por conseguir la evidencia a toda costa. Sus fotos no pretenden explicar el conflicto, sino que contemplan el conflicto para luchar contra las ideas preconcebidas.

En la última de las series de esta retrospectiva, Self-Portrait (2000), no incluida en los conjuntos mencionados más arriba, la fotógrafa recrea un contecimiento de su infancia. Un niño y una niña son los protagonistas de un relato elusivo que tiene lugar en las afueras del pueblo donde creció la artista. Sus gestos, juegos y posiciones en medio de un campo abierto definen un territorio que, lejos de asumir una demarcación rígida, existe como representación. La producción de «territorios existenciales», como diría el filósofo francés Félix Guattari, es una cualidad de resistencia que consigue hacerse un hueco en el interior de otros territorios, como el Estado o la comunidad. La fotografía de Ahlam Shibli percibe esta resistencia como un cúmulo de signos que se organizan en series y secuencias fotográficas, en las que una imagen solo tiene sentido en el contexto de las demás imágenes.

 

MACBA, Plaça dels Àngels, 1_08001 Barcelona

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