En el ámbito artístico de las últimas dos décadas ha ido cobrando cada vez mayor importancia un nuevo género que se ha definido como participativo, comunitario o activista. Se trata de prácticas artísticas comprometidas social y políticamente que intentan atraer la atención pública hacia problemáticas sociales como el uso del espacio público, las injusticias laborales, el sexismo y el racismo o los ataques al medioambiente. Pero lo que realmente las caracteriza es que todas ellas se desarrollan dentro del entorno público y, en la mayor parte de las ocasiones, implican la participación activa de la comunidad a la cual van dirigidas.
Consecuencias directas de esta nueva forma participativa de creación artística son: el cambio en el papel que en ellas juega el artista, cuya labor se orienta a fomentar la comunicación y el compromiso activo de las comunidades con los que trabajaba; la aparición de una nueva forma de arte total en el que el autor, el actor y el espectador son un mismo sujeto colectivo o, mejor, una multitud de singulares que se agrupa en torno a una acción; y la transformación de lo que se entendía por obra de arte, que abandona el estatus de mercancía y su carácter objetual para definirse por su capacidad para crear redes de trabajo y vínculos afectivos. En estas prácticas el “artista” se convierte en una especie de canalizador de fuerzas, un organizador-cooperador de múltiples actores sociales que logran establecer nuevas redes de colaboración. Como parte de este giro del arte contemporáneo hacia la idea de participación, han aparecido en los últimos años propuestas que aplican el potencial que la web 2.0 tiene para generar comunidades virtuales en movimiento constante, comunidades desobradas en la medida en que su existencia no obedece tanto a finalidades concretas como a la necesidad misma de sentirse parte del común.
La vinculación a un lugar específico es otra de las características de estas nuevas propuestas artísticas, de modo que el contexto concreto en que operan define el sentido de la acción. Es así como los lugares (la plaza, el barrio, el colectivo, la ciudad) recobran su dimensión pública y se presentan como espacios para la apropiación ciudadana, espacios en suma que generan comunidad. Sin embargo esta vinculación específica con el espacio público transciende el carácter concreto de una reivindicación social determinada para afirmarse como auténtica expresión del demos, como afirmación de su soberanía política.
La práctica artística se concibe así como una forma de comunicación dirigida a los ciudadanos que rompe con los marcos académicos y museísticos; nuevas formas de intervención en el espacio público en las que el tejido social queda implicado en el desarrollo del proyecto. Se trata, pues, de una fórmula cultural híbrida entre el arte, el activismo político y la organización comunitaria; proyectos colaborativos en los que la socialización de la práctica artística y la creación de espacios para el ejercicio de la ciudadanía, constituyen de hecho un proceso de “empoderamiento” ciudadano.
El congreso internacional Arte y nuevas formas de participación ciudadana pretende reunir durante unos días a expertos del ámbito académico, artistas y colectivos que se han ocupado de estas nuevas formas de producción artística participativa. Nuestra intención es que pueda convertirse en un espacio capaz, no solo de generar conocimiento abstracto, sino de favorecer dinámicas dialógicas entre todos los agentes que configuran el ámbito de la producción artística contemporánea. Nuestro congreso está abierto a la participación de grupos que trabajan en la construcción de nuevas vínculos comunitarios, puntuales y libres de ataduras ideológicas, en la que la participación activa y la experiencia del común están por encima del logro de objetivos concretos. Nuestra voluntad es discutir acerca de estas propuestas de trabajo en común que desbordan tanto el ámbito de lo que se viene considerando como arte, como el de lo que hasta ahora se entendía por participación política. Por ello se dirige a especialistas de ámbitos diversos como la práctica artística, teatral y cinematográfica, la arquitectura, la política, la sociología o la filosofía, así como a profesionales de la gestión cultural y museística.
De esta manera, ponemos a disposición de todos los interesados en esta temática la posibilidad de participar en dicho congreso con la presentación de una comunicación oral (presentación de proyecto personal, reflexión teórica, investigaciones, etc.) de una duración máxima de 20 minutos.
Interesados, mas información: http://arteyparticipacion.blogs.upv.es